He tomado prestado el título de esta mítica serie de los 70-80 para contaros mi experiencia en el mar, mi experiencia a bordo de un crucero, que hice junto con mis padres en el verano de 2003. No es que sea yo un gran amante del mar, pues soy más bien un marinero en tierra, que diría el poeta Rafael Alberti; pero cuando mis padres me lo propusieron me embarqué sin dudarlo en esta singular aventura. Yo también he hecho un crucero, aunque parezca sorprendente.
El crucero tenía por escenario el Mediterráneo occidental, desde Barcelona hasta Malta, pasando por la Costa Azul francesa, la península itálica y la isla de Sicilia. Es una sensación muy curiosa navegar por nuestro mare nostrum, tan cargado de historia, por el que antaño navegaron, comerciaron y también guerrearon fenicios, griegos, romanos, cartagineses, venecianos, turcos o españoles.
Hacer un crucero es una forma distinta y muy entretenida de pasar unas magníficas vacaciones. Navegar, hacer turismo, visitar otros países, descansar, relax, buena cocina, entretenimiento... En fin, unas vacaciones estupendas y una experiencia única. Hoy en día hay multitud de destinos a elegir, en todas las épocas del año y ajustados a todos los bolsillos y posibilidades.
Un barco de cruceros es mucho más que un buen hotel, es una pequeña ciudad en miniatura en la que puedes hacer un poco de todo, hacer excursiones, bañarte en la piscina o tomar el sol, hacer deporte en el gimnasio o en cubierta, ir a la biblioteca, hacer actividades, por la noche ir a la discoteca, tomar una copa o jugar en el casino, por citar algunas cosas.
-Rumbo a Barcelona.
El crucero zarpaba del puerto de Barcelona un lunes a mediodía, así que nos fuimos en nuestra furgoneta Mercedes el día anterior y dormimos en un hotel de la ciudad.
1ª escala: Villefranche.
La primera escala del crucero fue en esta pequeña ciudad de la Costa Azul francesa, cercana a Montecarlo y Niza. El barco fondeó en la bahía y se podían hacer excursiones a los lugares que acabo de citar mediante las lanchas del barco, pero nos quedamos a bordo. La Costa Azul auna el lujo, el glamour y el espectáculo (Mónaco, GP F1, casinos, Festival Cine Cannes).
2ª escala: La Spezia.
Es una ciudad portuaria de la Toscana italiana dedicada principalmente a la industria y a los cruceros recreativos. Esta relativamente cerca de Florencia, y en esta ocasión también el barco fondeó en la bahía cercana.
3ª escala: Civitavechia.
Está considerada el puerto de Roma, aunque se encuentre a 80km de la capital. Dicha ciudad no tiene interés alguno, lo que importa y lo que realmente merece la pena es la excursión a Roma, la ciudad "eterna". Para mí y para mi madre era nuestra segunda vez, nuestra vuelta tras el viaje del 97 (en nuestro caso se cumplió la tradición de que si tiras una moneda en la Fontana di Trevi, vuelves a Roma), y para mi padre, la primera vez. Visitamos el Vaticano, la Capilla Sixtina, que lucía más resplandeciente, si cabe, tras su restauración, e hicimos una visita panorámica desde el autocar de la Roma Imperial.
Continuará...
Tiene que ser un viaje precioso! Yo el mejor viaje que he hecho ha sido un crucero, te da todas las comodidades posibles visitando varias ciudades.
ResponderEliminarUn besito
Hola Felix:
ResponderEliminarEste viaje le hicimos nosotros y me gusto mucho. Sobre todo Malta y la Valeta ya que el resto lo conocía desde tierra.
Un beso desde Santander.
Vicente.