martes, 12 de julio de 2011

The Way





The Way es una película sobre el Camino de Santiago, estrenada el año pasado con motivo del año Xacobeo. La he visto últimamente y me gustó, me pareció muy interesante y creo que capta muy bien el espíritu del camino y de sus peregrinos. Está dirigida por el norteamericano Emilio Estévez y protagonizada por su padre Martin Sheen (cuyo nombre real es Ramón Estévez), y es en parte un homenaje a las raíces gallegas de la familia, puesto que el abuelo del primero y padre del segundo fue un gallego que emigró a los EEUU.



Cuenta la historia de Tom Avery, un reputado oftalmólogo que vive en California y que se dedica a jugar al golf en su tiempo libre. Su vida transcurre plácidamente hasta que un día recibe una llamada desde Francia para comunicarle que su hijo Daniel ha muerto. Viaja hasta los Pirineos para repatriar el cuerpo y allí descubre que su hijo estaba iniciando el Camino de Santiago, y es entonces cuando decide hacerlo por él, como tributo hacia él (llevará las cenizas consigo en la mochila).



Nunca se había llevado bien con su hijo, no compartía ni sus inquietudes ni su forma de ver la vida, y no le comprendía, hasta el punto de que se había convertido en un misterio indescifrable para él. Un cierto sentimiento de culpa por no haber tenido una mejor relación con su hijo Daniel en vida, por no haberle escuchado, por no haber disfrutado de él mientras podía, será el verdadero motivo que le impulse a recorrer el camino. Una especie de "redención". Y será gracias al camino como descubra quien era y cómo era realmente su hijo.




Tom en un principio quiere hacer el camino en solitario, y se muestra huraño y desconfiado con el resto de los peregrinos, pero poco a poco sufrirá un cambio personal que le abrirá a los demás y que le permitirá compartir experiencias y vivencias, especialmente gracias a tres peregrinos singulares. Un simpático gordiflón holandés que quiere adelgazar, pero que en el fondo busca que le acepten tal como es; una canadiense con un pasado que le atormenta, que busca aparentemente dejar de fumar; y un escritor irlandés que sufre el bloqueo del escritor, una crisis de inspiración. Los cuatro recorrerán juntos la mayor parte del camino y surgirá una bonita amistad y un gran compañerismo entre ellos.


The Way es una especie de road movie "a pie", que nos muestra el Camino a lo largo de 700 km, desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela e incluso más allá, pues la película termina en la Costa da Morte, en Muxía, donde Tom arroja al mar las cenizas de su hijo. Pasamos por Pamplona, Burgos o León, y gracias a una espléndida fotografía contemplamos maravillosos paisajes de nuestra geografía. La película puede pecar a veces de ingenuidad, como dicen algunas críticas, pero a mi juicio refleja muy bien lo que es el Camino de Santiago, un viaje físico y espiritual (reflexión, compañerismo, compartir, ayudarse unos a otros, etc) además de aportarte una dosis de paz, de sosiego y de "buen rollo" muy necesaria.


El Camino de Santiago como metáfora del camino de la propia vida que todos debemos recorrer, con sus cuestas pronunciadas, sus senderos tortuosos, sus ampollas y sus obstáculos, pero también con sus suaves descensos y sus agradables valles, y plagado de momentos felices y alegrías. Un camino, tanto el real como el metafórico, que merece la pena vivir y recorrer.



"Caminante no hay camino...

se hace camino al andar".



¡Hasta la próxima amigos!



1 comentario:

  1. Hola Felix:
    Como sabes yo tambien hice el camino y es una experiencia inolvidable por muchas circunstancias.
    Nosotros fuimos peregrinos señoritos pero trajimos muchas experiencias buenas a pesar de las ampollas y otros malos ratos. Eñ esfuerzo fisico fue grande pero el resumen del viaje fenomenal, por la gente que te acompaña, por la gesnte que te saluda, por los paisajes, por los sellos de tu compostela,por las salidas de los pueblos , por las equivocaciones que te obligan a retroceder a pesar de lo cansado que vas, por las multiples ermitas e iglesias que visitas .... y por todo, en lo que se incluye tu motivacion religiosa, tu compromiso y tu peticion al Santo, Santiago. Nunca olvidare la misa del peregrino el dia que llegamos con la Catedral llenisima.
    Un beso. Vicente.

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