sábado, 23 de enero de 2010

Viaje a Italia del 97.II

3ª escala: Venecia.


Salimos rumbo a Pisa por la mañana y paramos en San Giminiano, un pueblecito medieval muy bien conservado, con muchas torres y en el que compramos vino. Luego ya en Pisa visitamos el lugar donde está su catedral, su batipsterio y su famosa torre inclinada. Allí nos hicimos las típicas fotos, y tambien la de todo el grupo que os conté, además de pasear por tan pintoresco lugar.

Ya de noche llegamos a Venecia e intentamos hacer una visita nocturna, pero fue imposible porque había huelga de vapporetos (los barcos que te llevan a la ciudad). Yo lo agradecí porque hacía un frío y un viento del carajo. Al día siguiente cogimos el vaporetto que atravesando el Gran Canal te lleva hasta la plaza de San Marcos. En la plaza había muchísimas palomas y yo me puse a correr con la silla espantándolas, cosa muy divertida, por cierto. Después vimos la basílica, callejeamos un poco y comimos por allí, mientras algunos se dieron un paseo en góndola.

Venecia es una ciudad especial, ya que es muy distinta a todas cuantas hayas visto. Lo paradójio es que ya nació amenazada por el agua y condenada a un incierto destino. Eso nos dice que las cosas humanas, por bellas que sean, son efímeras y no duran para siempre.

4ª y 5ª escalas: Savona y Calella.

Estos días fueron de viaje casi contínuo en el autobús, salvo una corta visita a Mónaco y otra muy breve a Barcelona. Nos dedicábamos a jugar a las cartas, a ver el paisaje o a escuchar música, para pasar el tiempo, pero sobre todo... a dormir, pues a estas alturas ya estábamos muy cansados del viaje.

Paramos unas horas para visitar Mónaco. Callejeamos un poco por los alrededores del palacio, cerca del puerto y donde se corre el GP de fórmula uno. Después pasamos por Niza y la Costa Azul.

Después más y más carretera...

Ya en España la última visita fue a Barcelona, y horas más tarde llegábamos por fin a Navalcarnero. Recuerdo que mi padre cuando fue a recogernos tenía muchas ganas de vernos, pues no estaba aconstumbrado a estar tantos días sin nosotros.

Nuestra pequeña gran aventura terminaba y quedaba en el recuerdo para todos nosotros.

1 comentario:

  1. Ya había leido esta entrada, pero releyendola, te juro que me resultó simpatiquísima la imagen de verte corriendo y espantando palomas...con esa cara de niño bueno y formal que pones no me lo hubiera imaginado, jejeje.
    Italia en sí es preciosa, yo volvería una y otra vez, echando y sin echar moneda en la "fontana"...no me extraña que escribas con pasión sobre aquel pedazo de viaje y que guardes ese recuerdo con cariño.
    Un besazo.

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